"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

Compra el disco de Paqui Sánchez

Disfruta de la música de Paqui Sánchez donde quieras y cuando quieras comprando su disco.

Puedes comprar el disco Óyelo bien de Paqui Sánchez Galbarro de forma segura y al mejor precio.

La prolepsis o flashforward

LA PROLEPSIS O FLASHFORWARD La Prolepsis (o Flashforward) es una Figura Retórica que consiste en la alteración de la secuencia temporal de la historia trasladando la acción al futuro. Se manifiesta en una ida repentina y rápida al futuro de un personaje en una historia. Es una figura relacionada con el Flashback. Ejemplos de Prolepsis: • Un personaje se acerca a un barranco y se ve a si mismo cayendo, días después, cae. (Este personaje ha tenido un flash-forward. O sea, ha visto el futuro.) •El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada Veamos otro ejemplo. En el inicio de la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, el narrador anticipa qué le sucederá a uno de los personajes: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas claras y diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. [...] Vemos cómo el narrador salta al futuro para explicar dónde estará el personaje años después, y en qué pensará estando allí, y luego regresa al momento en que, de niño, vivía con su padre. Más adelante, todavía en el primer capítulo de esta novela, encontramos otra prolepsis, muy corta: Melquíades [...] era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste, con una mirada asiática que parecía conocer el otro lado de las cosas. Usaba un sombrero grande y negro, como las alas extendidas de un cuervo, y un chaleco de terciopelo patinado por el verdín de los siglos. Pero a pesar de su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso, tenía un peso humano, una condición terrestre que lo mantenía enredado en los minúsculos problemas de la vida cotidiana. Se quejaba de dolencias de viejo, sufría por los más insignificantes percances económicos y había dejado de reír desde hacía mucho tiempo, porque el escorbuto le había arrancado los dientes. El sofocante mediodía en que reveló sus secretos, José Arcadio Buendía tuvo la certidumbre de que aquel era el principio de una grande amistad. Los niños se asombraron con sus relatos fantásticos. Aureliano, que no tenía entonces más de cinco años, había de recordarlo por el resto de su vida como lo vio aquella tarde, sentado contra la claridad metálica y reverberante de la ventana, alumbrando con su profunda voz de órgano los territorios más oscuros de la imaginación [...] Es importante fijarse en cómo el autor se ha preocupado de dejar claro cómo la narración pasa a referirse a un tiempo futuro, tanto en el primer ejemplo como en el segundo.

Compartir en redes sociales

Esta página ha sido visitada 376 veces.